Lo que en un principio se desarrolló como una tecnología aplicable solo a un aspecto meramente lúdico, el permitirnos jugar sin mando, o, siendo más precisos, que nuestro propio cuerpo sea el controlador, ha ido adquiriendo cada vez más funcionalidades, muchas de ellas tan importantes como las orientadas a temas médicos (rehabilitación de personas con esclerosis múltiple o lesiones neurológicas, tratamiento del Alzheimer), o educativos, como su introducción en actividades curriculares del colegio SEK…
…y otras, con mucha menos trascendencia, pero tan curiosas como la iniciativa de la firma inglesa Bodymetrics. ¿Por qué no aplicar esa tecnología al shopping? En el probador de los almacenes Selfridges de Londres te esperan ocho Kinects para Windows que sacarán un modelo en 3D de tu cuerpo serrano y lo clasificarán en una de estas tres categorías: esmeralda, zafiro y rubí (¿¡somos personas o Pokémons!?). Después de este proceso, ni un solo error en las tallas: la prenda que el sistema elija para ti te quedará como un guante. Se acabó el probarse tropecientos mil modelos, los problemas de devoluciones de las compras online y, sobre todo, la pérdida de tiempo en los dichosos probadores.
Pero, ¡cuidado! Tras Navidades, Semana Santa, cumpleaños y festividades varias sería conveniente «pegarse» un nuevo escaneo. Que las torrijas van directas al culo, oiga, y tampoco es plan de intentar engañar al Kinect y que este termine diciéndote que te has pasado con los turrones…
Vía Walyou
Me mola este rollo Kniect Vs. El Sastre
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