Inicialmente, los cuentos para niños no tenían los edulcorados finales felices (en los que todos comen perdices) a los que estamos acostumbrados… A Caperucita Roja la devoraba el lobo como moraleja para persuadir a los tiernos pequeñuelos de entablar conversaciones con extraños, y en la mayoría de las narraciones hay más sangre y detalles macabros … Seguir leyendo