Hace un par de meses, leí este artículo de Antonio Santo sobre El Periodista De Videojuegos™ y los viajes de prensa. A dos días del E3 (como todas las compañías de videojuegos no hacen más que repetirme en sus mails), y en pleno encabronamiento producido por la envidia derivada de que mi señor esposo esté ahora mismo volando para allá con un montón de buena gente y grandes profesionales como acompañantes, me he decidido a escribir una contrapartida a su artículo desde el otro punto de vista de la historia.
LA VIDA DE LA PAREJA DE EL PERIODISTA DE VIDEOJUEGOS™: EL E3
La pareja de El Periodista De Videojuegos™ se despereza en la cama el día de la marcha de su partenaire. Ha conseguido volver a conciliar el sueño tras sufrir las idas y venidas por la casa del viajero durante la madrugada. Se estira perezosa marcando un poco más la diagonal de la cama con la punta de los dedos de manos y pies y decide retrasar un poco más la hora de levantarse. “¡Qué narices!”, piensa, “Con todo lo que ha dado por saco dando vueltas toda la noche y golpeando cada esquina de la casa con la maleta tras ponerse en pie, creo que me merezco media hora más procrastinando”.
La pareja de El Periodista De Videojuegos™ por fin decide levantarse y se arrastra hacia el sofá. Café en mano sonríe. Tiene las consolas para ella solita y una larga semana para meterle mano a todos esos juegos que El Periodista De Videojuegos™ ha analizado y ella ha visto desde la otra punta del sofá muerta de la envidia. No sabe por donde empezar…
Pero, de momento, lo que le toca es irse al trabajo, así que le echa una mirada lasciva al mando de la Xbox, se pega una ducha rápida y corre como lleva el diablo (que ya llega bastante tarde). Allí, durante sus ocho horas frente al ordenador, sus compañeros no dejan pasar la oportunidad de recordarle lo guay que sería estar ahora mismo retozando por las playas de Santa Monica. La pareja de El Periodista De Videojuegos™ primero les explica que no todo es juerga y cachondeo y que El Periodista De Videojuegos™ va allí a trabajar, que son muchas horas de acá para allá con poco tiempo para uno mismo y bla bla bla. Después se acuerda de la fiesta de Activision de hace un par de años en la que tocaron entre otros Chris Cornell o Jane’s Addiction y se queda sin argumentos (y muerta de la envidia).
Vuelve a casa entreteniéndose un poco por el camino para tomarse unas cervecillas (y puede que un par de gintonics), juega hasta que se le empiezan a cerrar los ojos y se va a dormir con un mal presentimiento: la diferencia horaria es una cosa muy perra, y no es el primer año en el que recibe una llamada a las cuatro de la mañana porque El Periodista De Videojuegos™ acaba de sacarse una foto con Cliff Bleszinski, le está gritando obscenidades a Rosario Dawson o probando el nuevo peazomegacachohípersúperjuego de Fumito Ueda (juas) y tiene la necesidad imperiosa de contárselo SÍ o SÍ. La pareja de El Periodista De Videojuegos™ empieza a barajar entonces la posibilidad de hacerle un muñeco vudú y comenzar a clavarle agujas en la entrepierna, pero en seguida se queda dormida… hasta que recibe la primera llamada o mensaje de la noche. Muerte y destrucción.
Seis días después, El Periodista De Videojuegos™ vuelve a casa cansado pero contento y con un montón de anécdotas qué contar. La pareja de El Periodista De Videojuegos™ decide que del año que viene no pasa: se compra el billete de avión y se planta en Los Angeles a disfrutar de la feria. ¡Hombre ya!
Luego estamos los periodistas de videojuegos que le echamos morro al asunto y nos quedamos diez días más.
Así, petándolo muy fuerte.
Ante eso solo puedo decir una cosa…
XD
Jefa, no te digo que soy tu fan número uno porque el McNulty me casca, que los colchoneros tienen un revés a rodabrazo que no veas…
Jaume, eso es petarlo mucho, sí. xD
^///^ Me alegra mucho que le haya gustado!
Disfrute usted por tierras angelinas, y si ve que mi señor esposo en algún momento tiene intención de llamarme a altas horas de la noche (de aquí, claro está) impídalo, por dios! XD